En todo el país, la popularidad de los cigarrillos electrónicos, los vaporizadores y los vape pens (vaporizadores finos y compactos parecidos a un bolígrafo) es cada vez mayor. Los vape pens utilizan cartuchos, o «carritos», que producen vapor a partir de un aceite que luego es inhalado por el usuario. Muchos de estos vaporizadores suelen contener una mezcla de sabores y varios niveles de nicotina. Sin embargo, junto con la creciente popularidad del uso de vaporizadores, cada vez es más común que los cartuchos incluyan concentrados de cannabis (concretamente concentrados de THC). El THC, siglas de tetrahidrocannabinol, es una de las principales partes psicoactivas de la planta de la maijuana. Estas pequeñas cantidades de concentrados de THC suelen denominarse «dabs», y los vaporizadores que contienen THC se llaman «dab pens».
Según la Administración para el Control de Drogas de EE.UU. (DEA), «los concentrados de marihuana contienen niveles de THC extraordinariamente altos, que oscilan entre el 40% y el 80% de THC. Esta forma de marihuana puede ser hasta cuatro veces más fuerte en contenido de THC que la marihuana de alto grado o de estante superior, que normalmente contiene alrededor de 20 por ciento de niveles de THC».1 Muchas personas tienen la impresión de que fumar un «dab pen» y fumar un «porro» son relativamente la misma cosa. Quiero decir, ambos son sólo hierba, ¿verdad? Equivocada. En el Estado de Texas, los concentrados de THC no se consideran marihuana, sino que se clasifican como «sustancia controlada». Los concentrados de THC están clasificados como Drogas del Grupo Penal 2, lo que siempre se imputa como delito grave, independientemente de la cantidad que se posea. El castigo por estar en posesión de una droga del Grupo Penal 2 puede ir desde dos años de cárcel con una multa de 10.000 dólares hasta cadena perpetua con una multa de 50.000 dólares.
Cuando te pillan con marihuana plantada, la diferencia entre un delito menor y un delito grave dependerá de la cantidad que tengas. En Texas, la posesión de marihuana de más de 5 libras es un cargo de delito grave. Por otro lado, cuando se trata de concentrados de THC, no importa la cantidad que se posea, se considera automáticamente un delito grave. De hecho, si te pillan con un comestible, como una gominola o un brownie, te cobrarán por el peso de todo el comestible, no sólo por la cantidad de THC que contenga.
El consumo de productos con THC se ha convertido en un problema cada vez mayor entre los jóvenes de hoy en día, sobre todo porque no son conscientes de lo grave que puede llegar a ser que te pillen con un «dab pen». El mero hecho de estar en posesión de una puede dar lugar a que se le acuse de un delito grave que cambie su vida para siempre. Una condena por un cargo penal relacionado con las drogas puede afectar a multitud de aspiraciones vitales, como cursar estudios superiores, conseguir un empleo, ser aceptado en una vivienda, mantener una situación financiera estable y mucho más. Antes de decidirte a tener tu propio dab pen o vaporizador, considera las consecuencias y pregúntate: «¿merece la pena correr el riesgo?».